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Gloria al santo

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 Las sonrisas caen en medio de Santa Anita como las hojas de otoño, de manera natural, con la cadencia precisa, de forma bella. Y en medio de ese paisaje que nos regala el fútbol del Monumental hay un equipo pleno de felicidad.

Que revive esa euforia que te da la victoria. Que ha detenido las angustias y da rienda suelta a la alegría de ser tricampeón. No hay otro marco. Solo el que ha puesto semejante campaña. La de Universidad San Martín de Porres. Y la filosofía con la que en cuatro años ha logrado peregrinamente, en tan breve historia, tres títulos nacionales.Por eso el 2-1 definitorio es un elogio a lo corporativo. No puede ser tan mezquino de centralizarse únicamente en lo deportivo. Son varias fuerzas que giraron el eje. Y todos sus actuantes son dueños de la más sincera felicitación. Sin excepciones.Entre dos realidades, resultó determinante el “producto acabado como equipo” de la San Martín frente a la experiencia nominal huanuqueña que regala grandeza a su alineación a cambio de empequeñecer al equipo. En este ítem, el plantel de “Maño” resaltó que desde el banco es capaz de torcer cualquier destino incierto.Y cómo son las cosas. Sin duda el fútbol es un credo interminable. Sobre todo para Pedro García. Uno de sus referentes. Que estuvo fuera del titularato gran parte del campeonato.Pero dejó su profesionalismo, a pesar de su anunciada exclusión del club, para cumplir con su trabajo y aportarle al plantel el gol que marcó el derrotero al triunfo. El 1-0 de ayer fue suyo, Pablo Vitti marcó el 2-0 en el mejor primer tiempo de todo el campeonato. Un tiro libre impecable remeció el arco de Flores. El descuento que llega vía penal lo marca el colombiano Luis Perea.  Lástima que la figura legal tuviera que inventar parámetros para justificar excesos. Eso de habilitar al expulsado Gustavo Rodas fue una reverenda tontería.Pero afloró la dignidad por encima de ese criterio abogadil que lleva el escándalo flameando en su inconciencia como si fuera un trapo roto. Convertido en adorador de Nerón tratando de taparle a León de Huánuco un incendio que jamás existió.Allí está Universidad San Martín, recogiendo sonrisas como hojas que caen en otoño. Con su tricampeonato como barco insignia. ¡Felicitaciones!

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