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Joel Sánchez a LÍBERO: Muchos clubes me cerraron las puertas

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El fútbol peruano ha recuperado a un gran jugador”. Y Joel Sánchez, extasiado con el halago del “Maño” Ruiz, solo trataba de contener sus revoloteados sentimientos, esos que fueron pisoteados en Alianza Lima, la casa que un día se le cayó como naipes

Por: Philippe Fernández

–¿Quién te asegura que en la San Martín no vivirás las situaciones extremas que padeciste en Alianza Lima?

–Aquí no viviré ningún drama porque esta es una ejemplar institución que ha formado un gran equipo, dirigido por un excelente estratega, tengo fe de que el mal momento acabará de una vez, a pesar de los meses difíciles que he soportado sin perder las esperanzas.

–¿Cuál es el sentimiento que experimentas por los hombres de cuello y corbata que dirigen al equipo victoriano?

–A estas alturas no es conveniente hablar de esa gente, solo tengo palabras de agradecimiento a quienes me trataron bien.

–¿Ese “gracias” también es para el presidente Guillermo Alarcón?

–Mira, rencor no siento por nadie. ¿Qué puedo decir, qué puedo hacer...? Creo que son cosas del fútbol.

–¿Y en qué momento se quebró la relación con Gustavo Costas?

–Nunca se quebró, aunque hay cosas que no he podido entender, pero en fin, prefiero no hablar de esos temas, sin embargo, me gustaría que tengan en cuenta que nunca fui a Alianza con la idea de hacer enemigos, solo quise que respeten mis derechos.

–En verdad eres un cuy mágico porque ese trance que viviste muy pocos pueden superarlo, ¿cómo hiciste?

–Ha sido fundamental el apoyo de mi familia, de mis padres, de las personas que han estado cerca a mí como Gianfranco Ravelli (“Pizarrón”) y Carlos Delgado (representante de Pizarro). Imagínate que hasta los chicos que juegan en Alianza, todos mis amigos, se sintieron muy mal por lo que me pasaba.

–¡Hasta que apareció el santo! ¿Cómo te abrieron las puertas de la San Martín?

–Yo necesitaba hacer fútbol, entonces busqué que algún club me abriese sus puertas para entrenar, pero sabes qué... muchos no me aceptaron.

–¿Por qué, acaso por miedo a las represalias?

–No, la San Martín me abrió sus puertas y ello fue determinante para que yo esté aquí. La dirigencia, Álvaro Barco, y el comando técnico, quisieron contar conmigo. Yo les agradezco lo que hicieron por mí, sobre todo al profesor Aníbal Ruiz, que desde el primer día me dio su incondicional apoyo. Qué más puedo pedir. Ahora me toca retribuirles todo con mi esfuerzo.

–¿Y el camarín santo es distinto al aliancista?

–No quiero hablar de Alianza Lima. Pero es importante que aquí en la San Martín me hayan recibido tan bien. Yo he estado en algunos camarines de otros clubes y este es el más tranquilo. He podido encontrar gente que, a pesar de que uno es nuevo, no se cierra para formar amistades.

–¿Ese es el secreto de este club que ha ganado mucho en tan poco tiempo?

–Y no es un sueño que pretenda otro campeonato, acá hay equipo suficiente para ganar la corona, además, para eso he venido, ese es mi objetivo inmediato.

–¿Tan grande como llegar a la Copa América con la selección de Markarián?

–Es difícil, pero creo que si empiezo a jugar demostraré que puedo tener mis chances como cualquiera, y si no puedo llegar a la Copa, pues me esforzaré para poder jugar las Eliminatorias. Estar en la selección es un sueño.

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