Nos quedó checo

En Nagano ganamos porque Kirín nos dijo que falta  poquitín. No  para  alzar  una Copa América, menos para asegurar los boletos en Brasil 2014, pero sí  para encontrar un equipo. Uno que desafíe al masoquismo y sea copia fiel del diccionario.

Porque, aunque  República Checa no haya sido ni por asomo el gigante que temíamos, salvo Petr Cech, nos sirvió para confirmar la importancia de tener 18 y no 11 –Markarián es más optimista y dice 30– y de jugar con hombres y no figuritas.Se nota un sistema, una idea de juego que lentamente va tomando cuerpo, como si luchara contra sus demonios interiores. Un 4-3-2-1 dúctil  con un compromiso que hace rato no veíamos y que está aprendiendo –vaya alegría– a defender.Entra “Superman” por Salomón, “Solanito” por “Cachito”, Chiroque por “Cuevita” y el nivel no decae; al contrario, nadie se siente suplente, aunque lo sea.Claro, no son todos los que son, los Pizarros, Vargas, Guerreros, Rodríguez y demás tienen el puesto asegurado, pero  el  discurso alimenta el sueño.

Eso sí, nula contundencia, excepto el cabezazo al palo de la “Foquita” Farfán, los demás fueron tibios intentos. De nada servirá aprender a  defender si se olvidó atacar, pero de verdad, haciendo daño.Y eso a falta de menos de un mes para el inicio de la Copa América deberá ser la principal preocupación de ahora en adelante. El cero suma, al menos esta vez.