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¡Qué le dan de comer!

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Tener buena talla y la voz de un general no lo es todo para un zaguero central. El defensa debe tener la frialdad de un iceberg para salir jugando y decisión para enviar el balón a Saturno como la fortaleza de un acorazado para frenar a los rivales, factores preponderantes que Carlos Ascues, bastión de la última línea blanquiazul, está mostrando en la Copa Libertadores Sub 20.

“A medida que pasen los partidos mi juego crecerá”, dijo.

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