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Pequeña chance

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Pequeña chance

El ir y venir de las olas del mar son para Roberto Ovelar como las oportunidades que te ofrece la vida. “Hoy puedes estar acá, y otro día muy lejos, uno nunca sabe...”, reflexionó mirando, con cierta nostalgia, el infinito horizonte.

Palabras del alma que tienen que ver con su futuro inmediato en Arabia Saudita al lado de Gustavo Costas, situación que tampoco le quita el sueño.“Hoy me debo a muerte a Alianza, club que me ha tratado con mucho cariño, más no hay, es lo único concreto que tengo...”, nos confesó.

El “Búfalo” camina con LÍBERO sobre la orilla del mar, lanza algunas piedras, es feliz viendo sonreír a su pequeña hija Angie, que adora el contacto con la naturaleza, y rememora sus altas y bajas en Alianza.

“Recuerdo todo lo que me tocó vivir acá, las lesiones, la enfermedad; ya todo quedó en el pasado, esta es una nueva etapa que deseo escribir a punta de goles”. Unión Comercio pudo ser embestido por sus ambiciosas pretensiones, pero le faltó tranquilidad para definir. “En esa que me llevo al jugador y pateo, la pelota pasó cerca, qué bronca me dio porque el partido lo pudimos ganar”, indicó.

Vestir la sagrada camiseta de su selección es un tema pendiente que desea lograr a corto plazo y considera que siendo regular en Alianza, el sucesor del “Tata” Martino lo tendrá en cuenta. “Si me quedo acá hasta fin de año, espero jugar para ser convocado a la selección, es mi sueño”, refirió.

Y como la vida premia el esfuerzo, Ovelar luego de los entrenamientos en Matute, acude religiosamente al gimnasio y se pone a las órdenes de un personal training que lo deja “sedita”, y como si esto fuera poco, sigue cursos de inglés en un instituto de prestigio porque sabe que tarde o temprano, su garra innata y el buen fútbol que posee, lo ayudarán a cruzar junto a su adorada familia el horizonte que hoy parece tan lejano e inalcanzable.

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