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El punto negro

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Correteos como el de unos chiquillos en las menores, uno detrás de otro, carcajadas impregnadas de gloria, de buen ánimo y de confianza plena, son el sello que está reflejando la blanquirroja de cara al Mundial Brasil 2014. Y si de autores de dicho acto hablamos, no podríamos dejar de mencionar a los protagonistas Juan Manuel Vargas y Luis Advíncula.

Dos tipos que han simbolizado desde hace un tiempo la confraternidad que existe en la Videna. Siempre con los pelotazos sobre la nuca, las famosas tumbaditas y los apodos como los ingredientes principales en una escena que el plantel siente como propia.

El grupo alrededor de ellos solo atina a aplaudir la “joda”. Todo esto se basa en la filosofía que siempre buscó Sergio Markarián en el elenco bicolor. La unidad de un grupo, como una familia y en busca de un mismo objetivo.

Al parecer sus dirigidos lo están tomando al pie de la letra, pues este cuadro es una constante al finalizar los entrenamientos. El grupo está contagiado de compañerismo, ganas y solidaridad. Factores que sostienen un trabajo tan complejo como el que les toca: llegar al Mundial.

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