El 2 de junio del ‘70 dimos un baile a los búlgaros

Este es un partido para recordarlo. Era el debut en una justa mundialista: 2 de junio de 1970. Mundial de México. Estadio de Guanajuato.

El toque corto, la jugada rápida y la pared ágil eran parte del juego endiablado que los pupilos de Waldir Pereira “Didí” empezaron a demostrar ese martes soleado. La duda para el partido con Bulgaria era “Perico” León; estaba subido de peso, pero una selección sin él era impensable.

Perú volteó el partido que estaba perdiendo 2 a 0 (con goles de Dermendzhiev y Bonev). Alberto Gallardo a los 6 minutos, el “Gran Capitán” Héctor Chumpitaz a los 11’ y el “Nene” Teófilo Cubillas a los 28’ del segundo tiempo superaron la férrea marca búlgara y gritaron esos tantos como nunca.

“Jugando como lo hizo, Perú puede golear a cualquiera”, titulaba un cablegrama de la agencia AFP. El minuto de silencio (por el terremoto en Huaraz), previo al juego, pudo pesar en el ánimo de los jugadores nacionales. Sin embargo, el dolor se transformó en esperanza.

La anécdota de ese día fue que al volver al hotel, después del triunfo, se percataron que les habían robado artefactos eléctricos y dinero. Pero nadie les quitaba lo bailado. La victoria peruana había levantado la moral en todo Lima y en el país luego de la tragedia.

Jugaron: Rubiños, Campos (Gonzales), De la Torre, Chumpitaz, Fuentes; Chale, Mifflin; Baylón (Sotil), León, Cubillas y Gallardo. El camino recién empezaba. Faltaban Marruecos, Alemania y Brasil. El 6 de junio logramos otro triunfo, esta vez ante los africanos. El rostro adusto del réferi soviético Tofik Bachramov no amilanó al equipo incaico. Jugaron los mismos que con Bulgaria, menos Campos. El resultado fue 3 a 0 a nuestro favor.

Ya clasificados a cuartos de final, enfrentamos a Alemania. El primer tiempo se definió el partido. Müller a los 20, 26 y 38 minutos, y Cubillas a los 43 minutos gritaron sus goles con distinto sabor. Luego vendría la derrota ante Brasil (4-2) y el adiós al Mundial.