Qué tal negocio

La orquesta de salsa con los temas de moda buscaron su motivación, que ya debía generar la misma chance de clasificar a la Copa Sudamericana, pero los hijos del Callao, barrio picante, salieron a la cancha sin la valentía con que suelen respetar la casa.

Y segundo a segundo, minuto tras minuto, fueron confirmando que sus cabezas estuvieron en cualquier lado, en La Florida, en Santa Anita, donde fuera, pero menos en el coloso del Miguel Grau que tenía a su gente, la de siempre, al borde del llanto, de cometer cualquier locura, ante semejante humillación a costa de un agerrido Unión Comercio.  Cuando el dos a cero en contra tenía mudo a medio puerto, por los tantos de Olcese y el autogol del gaucho Alloco, “Solanito” Guevara encendió aún más el fuego al dejarle su cariño bonito al técnico “Chochera” Castillo luego de ser cambiado por Baylón, entonces la situación se volvió más difícil.   

Boys buscó el descuento iniciada la segunda parte, pero era como nadar contra la corriente. Las cosas se volvieron peores cuando Trauco decretaba el 3-0, una goleada que jamás nadie se imaginó. Pero confirmando que llegó al Callao para no ser uno más del montón, el goleador brasileño Leandro Franco puso el descuento, el de honor para los rosados. Con 36 puntos y fuera de la Sudamericana, los hinchas enardecidos buscaron hacer justicia con sus propias manos, sin embargo, las cosas pudieron ser controladas por la seguridad.