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Por el gran salto

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En la vida hay retos que uno puede mirar desde dos lugares:   en el terreno mismo de guerra o  bajo una gradería tímida. Los victorianos siendo partícipes de la Copa Libertadores tienen en sus manos el poder de decisión, elegir su destino guerreando como locos o perder con la boca abierta  en terribles escenarios.La historia de los blanquiazules en las últimas ediciones de estos torneos nos indican resultados diversos. A veces cayeron sin piedad, pero en la del 2010 se levantaron como personajes de ficción para tumbarse a medio mundo, sin asco, sin complejos, con el sello de que lo imposible solo respira en el cerebro de los mediocres.

En esta ocasión los dirigidos por José Soto iniciarán su periplo en este combate el 9 de febrero, pero lo peligroso es que podría ser en Asunción contra Libertad de Paraguay o ante el Nacional en Ecuador. Dos enemigos de cuidado que vienen mostrando su mejor rostro en este tipo de competiciones.No hay mucho por decir, así están caminando el fixture. Dicen por ahí que de vez en cuando en importante apuntar o dar estocadas en territorios ajenos. No hay que olvidar que en la Libertadores del 2010, Alianza hizo lo mismo en La Paz ante Bolívar. Solo un “robo” los frenó,  por otro efecto hubiera sido complicado atraparlos.

El hincha sueña despierto, quiere quitarse de encima el sabor amargo de la final perdida ante Juan Aurich por los play offs de este año, quieren ver su camiseta entre los más grandes del continente, rompiendo los estándares de lo imposible, afirmando que en Perú se está tejiendo nuevos modelos de tela,  que ya no somos el patiteo feo.

Hay estirpe para romperle la cara a los más fuertes, hay ganas, hay confianza, pero sobre todo hay confianza en un grupo que busca una serie de revanchas.

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