Sampaoli también fue jugador y casamentero

Uno de los personajes que tejieron una curiosa historia en sus inicios futbolísticos fue el argentino Jorge Sampaoli. Si bien el “Hombrecito” arrancó su carrera como entrenador profesional en el Juan Aurich de Chiclayo, pasando luego por Sport Boys, Bolognesi, Cristal, Emelec, O’Higgins  y Universidad de Chile, donde ganó dos títulos nacionales y una Copa Sudamericana, su vida detalla pasajes que muy pocos hinchas conocen.

Sampaoli, natural de Santa Fe, fue mediocampista en Unión Casildense-Aprendices, un humilde equipo de la liga de Casilda. Luego pasó a inferiores en Newell’s, donde sufrió una fractura de tibia y peroné que lo obligó a dejar el fútbol a los 18 años. Optó por ser entrenador.Dirigió en  liga al Atlético Belgrano de Arequito y luego al Argentino, pero como le pagaban muy poco, combinaba su pasión con funciones de empleado en un banco de Casilda y en un Registro Civil. Hubo días en que el juez de paz faltaba y Sampaoli actuaba de casamentero en las bodas. También firmaba partidas de defunciones.Eran tiempos complicados para Sampaoli en lo económico. Andaba siempre misio. Sin embargo, su vocación por ser entrenador pudo más. Para ello, se reflejó en Marcelo Bielsa, quien por esos tiempos ya vislumbraba como uno de los mejores estrategas del mundo.“Estaba todo el día pendiente del fútbol, al punto de ser ‘bielsadependiente’. Salía a correr con un walkman y escuchaba cintas de Bielsa. 

Grababa todas sus conferencias, todas sus entrevistas. Incluso, cuando él entrenaba en Newell’s a puerta cerrada, me trepaba en los muros y con un largavistas veía sus prácticas”, cuenta hoy Sampaoli, ya con títulos, con más holgura económica y con la tranquilidad de estar siguiendo al pie de la letra los pasos de Bielsa, a quien considera un ser extraordinario.