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¡Fuera de juego!

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Imputar culpas al árbitro es la excusa ideal para quien no puede hallar todavía las respuestas que le permitan “construir” el demoledor equipo que muchos veían con su sola presencia.

Roberto Mosquera camina, se detiene y piensa, es un caso; de pronto, ¡estalla! El colero, ese Cobresol de opaca perspectiva, le ganaba en Moquegua con un gol del nigeriano Tunde Enahoro y con una serie de anécdotas que, seguramente, servirán para generar ciertas dudas y el silencio que todo “grande” busca para esconder lo malo que hizo a la hora de la verdad.Una desconcentración cambió la historia del choque. Omar Zegarra logró burlar a Jesús Álvarez y como los grandes sirvió un milimétrico pase al nigeriano Enahoro, que libre de marca y ante la perpleja mirada de la zaga rimense, fulminó al meta Araujo con un derechazo.

El fantasma de ocho meses sin voltear un partido se hizo presente en Moquegua. Y es que Hernán Rengifo trató de descontar a los 25’, pero el árbitro anuló el tanto por una supuesta posición adelantada.

Y a nadie se le pasó por la cabeza que el experimentado Renzo Sheput fallara un penal, que tiró por los suelos su tan esperado regreso. Ya en el segundo tiempo, Rengifo batía a Sotillo, pero el gol fue anulado otra vez por posición ilícita.Con esto salta la pregunta: ¿Cristal merece estar en la punta? Si Mosquera dice ahora que se “perdió bien”, eso no alcanzará para responderle a la hinchada.

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