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No se presta al juego

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Y aunque lleve los galones de un coronel y use el pelo largo, ningún atrevido tiene el derecho a cuestionar el nivel del “Chino” Ximénez, bueno, es lo que se dice, lo que se escucha, lo que se escribe.

Por ello, lo despedido como balazo por Ángel Comizzo fue propio de un mal hepático que ayer trató de disimular. Pero el goleador no se hizo problemas y habló clarito, su verdad, sin atacar a nadie, y encima marcó dos veces en la práctica.

  “Yo no me desespero cuando dejo de anotar, claro que es importante para un delantero, pero más me interesa que gane el equipo”. Amén.

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