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LO QUE TU VIEJO NO TE CONTÓ: Balota congelada y Perú a la final del 75

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En la Copa América de 1975 ocurrió un hecho curioso. En las semifinales del torneo, Perú y Brasil quedaron igualados 3-0 en el marcador global. La blanquirroja venció al “Scratch” en Belo Horizonte por  3-1, con una actuación sensacional de Enrique Cassaretto y Teófilo Cubillas. Pero en la vuelta, Brasil ganó 2 a 0, en Lima con un autogol de Meléndez y un gol de Campos.

Las federaciones de fútbol de Sudamérica decidieron que a través de un sorteo se conocería al finalista del torneo. El acto, precedido por expectativa y nerviosismo, sería presidido por el titular de la Conmebol, el peruano Teófilo Salinas, y su hija, Verónica, elegida para sacar la balota con el nombre del país ganador.

La niña no veía televisión, era una colegiala de uniforme gris que no tenía gran afición al fútbol, y que ese día fue al Estadio Nacional por curiosidad. “Quiero que saques la bola del sorteo”. Le dijo su padre tajantemente. 

Sin mirar a nadie y en un clima de indescriptible tensión, Verónica sacó el papel y se lo entregó a su papá. Decía “Perú”. La fiesta en el país era total, Perú estaría en la final junto a Colombia. Esa noche, Verónica se convirtió en la colegiala más querida del país.  

Años después corrió el rumor de que Salinas le dijo a su hija que sacara de la urna la balota que estuviese más fría. Es que la misma, que tenía la palabra Perú, había sido puesta previamente en un refrigerador. Criollada pura, por cierto. “Era imposible perder en nuestro país y por sorteo”, le habría dicho tiempo después Salinas a sus allegados.

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