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¡Levantó la voz!

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Es probable que todo lo que brille no sea oro, pero cuando se atraviesa por una situación de alto vuelo, de definiciones, los detalles suelen convertirse en exigencias. Y más aún si en la cabeza del pelotón gobierna un hombre que cuida hasta el sabor del agua que consumen sus dirigidos.

Está dicho hasta la saciedad que Ángel Comizzo maneja ese perfil. Es un técnico digamos “chapado” a la antigua. Defiende hasta sus frejoles. Por ejemplo, bota veneno si alguien de tránsito se mete a su campo de entrenamientos a maltratar el césped. Tal como sucedió hace unos días con un ex jugador de reconocida garra.

La directiva se jaló de los cabellos para calmar las aguas. Pero Comizzo reclamó lo justo. Y ahí le hacen caso, así se trate de quien se trate.

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