De aquí a la eternidad

La gloria está reservada para uno. El sitial de privilegio en la historia solo admite a un ganador: el más eficaz, el mejor, Universitario o Garcilaso, cremas o celestes, el título se define hoy.

Dos duelos a muerte determinaron que el conflicto se traslade a Huancayo, a 3.259 metros de altura, cerca al cielo, para tener la dicha al alcance de las manos. El primer golpe fue cusqueño y la revancha en el Monumental puso las cosas en su lugar.

Y aunque la altura que eligió Garcilaso (por ser primero en el acumulado) le otorga una ligera ventaja para soñar con escribir su nombre en la historia del balompié nacional, la grandeza de la camiseta merengue está por encima de cualquier asfixia. El oxígeno será esas ganas de alcanzar la estrella 26, suficiente para correr hasta perder el aliento.

Consciente de las dificultades físicas que podría presentar su equipo, Comizzo apuesta por el once que ganó en Lima con “Guasta” y el “Chapu”.

“Petróleo” no se guarda nada, y manda al ruedo a Montes y el “Cachi” para castigar a los cremas. Serán 90 minutos intensos para conocer al campeón.