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Casi vende su torta

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Presume que deberá olvidarse  de las noches de cuentos, de la palabra voraz de quien hacía las veces de su papá, pero Ángel Comizzo decidió tirar la puerta e irse para siempre.

Diego Chávez pasó ayer su cumpleaños (21) más triste de su existir. Se llevó su torta y la guardó para el recuerdo. “Mis compañeros y yo estamos muy dolidos por la salida sorpresiva del profesor, a quien considerábamos como un padre. Nos duele mucho que se haya ido”, indicó “Chaveta”.

El juvenil también comentó que el “Indio” supo explotar lo mejor de su juego y considera que ha dejado un legado importante.

“El profesor Comizzo supo potenciar a los más jóvenes del plantel; por él fuimos campeones y eso nunca hay que olvidarlo. Ahora debemos seguir adelante para que a lo lejos esté feliz”, finalizó.

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