Dulce venganza

Pasaron siete meses para que Roberto Mosquera se cobre la revancha personal contra Sporting Cristal, equipo del cual confesó ser hincha pero denunció ser maltratado por algunos directivos provocando su salida en agosto del año pasado.

El entrenador gritó a todo pulmón los cinco goles de Juan Aurich ayer en el Elías Aguirre, como si en su interior hubiese descansado aquella bronca que generó su despido sorpresivo del Rímac, pese a ser vigente campeón.

“Tengo memoria, me sentí maltratado, humillado por algunos directivos que quisieron verme lejos del club”, indicó hace algunos días el entrenador del “Ciclón” en clara alusión a Michael Debakey y Francisco Lombardi, dirigentes celestes.

Sin embargo, el momento llegó y Chiclayo fue escenario para la revancha, Juan Aurich se paseó con Cristal, dejó en ridículo al equipo de Ahmed, lo catapultó para golearlo con un indiscutible 5-1. El “Ciclón” sopló fuerte y es único puntero.

Además, cada gol era gritado con religiosidad por la “Mosca”. En el primero de Cuba buscó a su asistente Duilio Cisneros, enroscándose en un abrazo de desahogo.

Luego aplaudió efusivamente el taponazo de Édgar Balbuena y el gol de Junior Viza aprovechando un error de Diego Penny. En los restantes no fue distinto. Por primera vez, Roberto Mosquera celebró de manera efusiva los goles en el banco chiclayano.

“Felicito a mis jugadores por el buen juego y actitud, lo demostraron en la cancha y allí está el resultado. Tuvieron un buen despliegue dentro del campo”, expuso la “Mosca” de manera escueta antes de abandonar el Elías Aguirre.

No obstante, la sonrisa de su rostro por demostrar a los directivos celestes que su despido fue injusto, durará algunas fechas. Por el momento, la felicidad se adueñó del pueblo chiclayano.

Luego del partido, el recinto norteño coreó el apellido del entrenador. “Ya estamos para ganar el título”, bajó desde la tribuna de hinchas del “Ciclón” que mantiene la ilusión.