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Cumplió sus 18 abriles

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José Luis Saldaña

Dicen que un lugar es el fiel reflejo de sus habitantes. Y si el Nacional ayer estuvo vacío en sus graderías (más allá de lo establecido por los actos de violencia) fue porque el alma de los cremas camina así. Ayer el “último campeón” sumó 18 partidos sin ganar, sin mirar la luz.

La “U” igualó a cero frente a Los Caimanes y hoy más que nunca reposa en el último escalón del Grupo “B” en el Torneo del Inca. De repasar sus números el escalofrío se apodera de uno.

Los dirigidos por José del Solar intentaron con Raúl Ruidíaz y con Christofer Gonzales, pero si no aparecía la mano de Fernando Martinuzzi, el esférico besaba el palo. No era la buena suerte de la visita, sino la mala suerte de un equipo que se asfixiaba con la desesperación.

Y para colmo estaba la humanidad de Mario Gómez al frente, el tipo que frente a la “U” es capaz de generar la nostalgia más grande: se arroja de cara, se raspa, se golpea los rollos contra el gramado, pero sale con la frente en alto.

MÁS DE LO MISMO

Para la etapa complementaria volvió a crecer José Carvallo. El “1” de Ate saltó como un canguro para ganar en el juego aéreo. Se jugó la integridad y la dignidad para que sus redes no se muevan.

El único que intentó fue Édison Flores. El muchacho rompía un par de cinturas en el camino, pero el tercer caballero lo mandaba a comer césped. No era suficiente su entusiasmo, sus ganas.

El club que es más grande que sus problemas nuevamente se despidió con la mirada al suelo, con los ojos llenos de ira y culpa. El club que siempre reposo sus limitaciones en la  “garra” parece que está esperando la Semana Santa para resucitar.•

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