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¡Con harta calle!

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Si en esta competencia no hay broncas, jamás podría llamarse “El Mundialito de El Porvenir” porque la “mecha” de los bravos es la esencia del fútbol callejero, que se juega todos los años en uno de los barrios más picantes de La Victoria.

Ayer se realizó la edición 64 en medio de un espectacular marco de público y más de doscientos policías que abrazaban sus escudos como si fueran muñecos de peluche en un cuarto oscuro. Es que esa era la única forma de sentirse protegidos.

A la final clasificaron “Mi Barrunto” y “El Porvenir”. Los cebicheros abrieron el marcador con anotación del “Cholo Petito” y los ánimos se encendieron en la selva de cemento. Puñetes por aquí, “tabazos” por allá y miradas desafiantes calentaron el choque. Hubo de todo.  

“Chispita” Holsen, el ex hombre de la “U”, Alianza y Cristal, anotó el gol del empate que desató la algarabía en todo el barrio. En los “palcos suites” se prendieron bengalas, pero a algún faltoso se le ocurrió la brillante idea de lanzar botellas de cerveza a la cancha y los rivales abandonaron el partido por falta de garantías. “Mi Barrunto” arrugó y “El Porvenir” campeonó por primera vez en su historia.

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