Descubre las impactantes leyes migratorias implementadas en EEUU desde la toma de posesión de Donald Trump y cómo han cambiado el panorama migratorio.
Únete a nuestro canal de WhatsAppDesde la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos este año, las políticas migratorias del país han experimentado cambios drásticos. Las nuevas leyes, muchas de ellas polémicas, han redefinido las normas para los inmigrantes y refugiados, afectando tanto a quienes buscan asilo como a aquellos que residen de manera ilegal.
Asimismo, bajo su actual administración, se están implementando medidas que endurecen el control fronterizo, aumentando las restricciones de los organismos migratorios en pro de la seguridad de la población estadounidense. Algunas de estas han generado debate y protestas tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Desde que Donald Trump asumió el mando presidencial en Estados Unidos, se han dado a conocer diversos decretos migratorios u órdenes ejecutivas con la finalidad de reducir el ingreso de inmigrantes ilegales a EE. UU. y asimismo, expulsarlos debido a su estatus migratorio irregular. Algunos de los más controversiales son:
La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) de los Estados Unidos es un conjunto de normas federales que regula el proceso de inmigración, naturalización y entrada de extranjeros al país. Asimismo, define los procedimientos para obtener visas, la residencia permanente, la ciudadanía y establece las condiciones para la deportación. Aunque ha sido reformada en diversas ocasiones desde su promulgación en 1952, sigue siendo el pilar fundamental de la política migratoria de EE. UU. y está alineada con los principios de la Constitución en cuanto a los derechos y deberes de los inmigrantes.
Con la finalidad de enviar a los inmigrantes indocumentados más peligrosos y criminales de Estados Unidos con antecedentes penales y delitos inculpados, se han habilitado camas para que estas bases puedan seguir cumpliendo con sus funciones como centros de detención y procesamientos para los enemigos del país que ponen en riesgo a la población, reforzando la seguridad de EE. UU. y salvaguardando sus intereses en el Caribe y América Latina. Cabe precisar que anteriorrmente, este centro clave funcionaba para operaciones militares, particularmente en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.