¿El diablo se presentó en la discoteca Señor Botija? Conoce la verdad tras la leyenda
Descubre el misterio detrás de una de las leyendas urbanas ubicadas en San Juan de Lurigancho.
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A lo largo de Lima se econden muchas secretos, entre ellos, las leyendas urbanas que con los años han ido tomando forma o cambiando. Una de ellas es la que pregona que 'satanás' visitó un bar muy conocido en San Juan de Lurigancho.
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Hace más de 10 años, cientos de personas aseguran que 'el diablo' apareció en la discoteca Señor Botija de Canto Grande y se llevó la vida de una persona mientras todos bailaban "El señor de la noche" del cantante urbano Don Omar.
'El diablo' en el Señor Botija: ¿Qué sucedió en la discoteca?
De acuerdo con la versión de las personas que asistieron a la discoteca Señor Botija de San Juan de Lurigancho, un hombre muy apuesto ingresó al local y llamó la atención de una mujer que decidió bailar durante varios minutos.
Tras bailar diferentes canciones, la joven notó que el hombre empezó a cambiar de forma de sus pies y estás se transformaron en escalofriantes patas de cabra. La muchacha empezó a gritar en medio de la pista de baile y de pronto se fueron las luces.
Al momento que regreso la iluminación, el hombre se había ido del lugar y la mujer se encontraba muerte en el suelo. Sin embargo, también existen otras versiones, que el hombre se la llevó al baño para asesinarla y luego huyó del lugar.
Lo cierto es que la mujer no falleció, sino que se desmayó debido al consumo de drogas y fue asistida de emergencias. No obstante, la leyenda se expandió por diferentes distritos limeños hasta que la discoteca Señor Botija cerró sus puertas.
Cuando vuelve a popularizarse la historia
Ya que estamos cercanos al 'Día de la canción criolla' para algunos, pero 'Halloween' para otros, es inevitable que este choque de festividades no reviva mediante un bar o una imagen demoniaca. Los bares o cantinas son lugares donde se suele celebrar festividades criollas y por lo general en Halloween el ambiente de terror crece y se apodera de los limeños que no tienen reparo en disfrazarse.
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