ICE detuvo a más de un mil inmigrantes en solo un mes. La ciudad vive bajo miedo, pese a ser santuario, y crecen las críticas al operativo.
La comunidad inmigrante de Los Ángeles vive días de pánico e incertidumbre. Según nuevos datos publicados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), casi 2.800 personas han sido arrestadas en el área metropolitana desde que comenzó una ofensiva del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) hace poco más de un mes.
Las cifras reflejan una aceleración preocupante. Entre el 6 y el 22 de junio, se registraron 1.618 detenciones; ahora, con el nuevo balance publicado esta semana, se confirmó que en solo dos semanas más, ICE y CBP detuvieron a otros 1.174 inmigrantes indocumentados, llevando el total a 2.792 arrestos. ¿Qué más se sabe al respecto? Aquí te contamos.
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Los Ángeles es reconocida como ciudad santuario, lo que significa que limita su cooperación con agencias federales como ICE. Pero ni ese estatus ha frenado la ofensiva del gobierno de Donald Trump, que incluso ordenó el despliegue de la Guardia Nacional y de la Infantería de Marina para reforzar las redadas.
Según Los Angeles Times, esta semana, la situación escaló aún más cuando decenas de agentes federales irrumpieron en el Parque MacArthur, al oeste del centro, donde se desarrollaba un campamento de verano infantil. Testigos aseguran que los niños tuvieron que refugiarse dentro del edificio al ver ingresar a soldados y agentes migratorios armados.
El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó la intervención federal como una “vergüenza”. Líderes locales también alzaron la voz ante lo que describen como una campaña de terror contra familias trabajadoras.
El despliegue militar ha generado roces institucionales. Las autoridades estatales intentaron bloquear el uso de la Guardia Nacional, pero el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito falló a favor de Trump, permitiéndole mantener el control directo sobre la fuerza en California, al menos por ahora.
Expertos en derechos humanos advierten que el número de arrestos puede seguir creciendo, y temen que esta operación sirva como ensayo general para una campaña nacional de deportaciones masivas. Mientras tanto, miles de familias en Los Ángeles viven bajo encierro voluntario, con negocios cerrados y miedo a salir a la calle.