Entre vítores y algo más, Gabriel Costa, peruano desde ayer por decreto supremo, respondió sin titubear lo que presumió desde que se puso la mano al pecho. “¿La selección? En estos momentos no pienso en eso, sino en hacer bien las cosas con mi equipo, claro, estoy abierto a todo lo que venga”. Y ese es el punto, es el sueño escondido, difícil, pero dicen que los sueños, sueños son...
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Por el momento, el “Gaby”, puntal en la estructura del equipo de Mario Salas, recibirá recién en los próximos días su DNI, situación que compromete su presencia en el partido dominical ante Sport Rosario en el Alberto Gallardo por cuestiones administrativas con la Reniec, la inscripción en la ADFP y, posteriormente, la rúbrica en la FPF. La directiva de Sporting Cristal tratará de “correr” contra el reloj pero, al cierre de la edición, se informó que el “Gaby” no jugará al verse rebasado por las normas burocráticas.
“A la hinchada le pido que nos apoye mucho porque este año vendrán buenas cosas para el club”. El mensaje de Costa fue el corolario de una mañana -que compartió con su familia y dirigentes- para el recuerdo. Al fin jugará como peruano. Lo que venga -como se dice- será ganancia.
