Dragon Ball y sus 5 peores videojuegos

El universo creado por Akira Toriyama ha pasado por un sinfín de adaptaciones en videojuegos desde tiempos inmemorables. Siempre encontrarás un juego de Dragon Ball que te haya gustado en tu niñez ya siendo adulto, pero como suele ocurrir en cualquier franquicia, también nos hemos topado con títulos que simplemente dejan mucho que desear.

Actualmente, Dragon Ball en los videojuegos está viviendo una de sus mejores épocas, con grandes exponentes como Dragon Ball FighterZ (para quienes buscaban un juego competitivo de peleas) y Dragon Ball Xenoverse (pensado para aquellos jugadores con ganas de ir subiendo nivel a los personajes y recorriendo diferentes etapas de la saga). Hoy, vamos a repasar 5 videojuegos de la saga que a día de hoy, están en el olvido, y con justa razón.

Dragon Ball había hecho un gran trabajo en la Super Nintendo con su trilogía "Butoden", por lo que Bandai quería llevar esa experiencia a una nueva plataforma, que le permitiría mejorar todos los conceptos. Es así que nace "Dragon Ball Z: Ultimate Battle 22", un juego de peleas que no tiene nada bueno que ofrecer.

Se intentó plasmar a los personajes como los vimos en el anime, pero el resultado quedó tan pobre, que mataba completamente la experiencia. A eso hay que sumarle los desastrosos controles que tenía, y sus fondos terriblemente mal diseñados. Con decirles que lo único bueno que tenía era su cinemática de introducción, porque ahí si hicieron bien a los personajes.

Si alguna vez te preguntaste porque Xbox dejó de lado su dispositivo de sensor de movimiento Kinect, juegos como Dragon Ball Z for Kinect son la respuesta.

Hubo una época donde las empresas querían apostar por completo en Kinect, aunque siempre con resultados cuestionables. Bandai quiso su cuota, y que mejor que utilizar a Dragon Ball Z para venderte la idea de que ibas a poder replicar los poderes más emblemáticos de Gokú y compañía. Hasta ahí, podrías imaginar que es una buena idea, pero cuando lo ejecutas mal, salen cosas como Dragon Ball Z for Kinect.

No hay nada que rescatar del juego. Muchas veces el propio dispositivo no respondía ante tus movimientos, y toda la aventura terminaba siendo tan repetitiva que te cansabas por completo. Bandai no se quedó tranquilo con Dragon Ball, porque un año después, haría un desastre igual pero con "Power Rangers Super Samurai".

2009 fue un año nefasto para los fans de Dragon Ball cuando llegaba a los cines "Dragonball: Evolución", la pobre adaptación que tuvo Gokú, protagonizada por el ahora desaparecido actor Justin Chatwin. Si con la cinta no fue suficiente, también hubo un videojuego oficial, desarrollado por Dimps, creadores de Dragon Ball Z: Budokai 3.

Aunque tuvo detrás a un estudio con personas especializadas en juegos de pelea como Street Fighter, no había nada que podía hacerse para salvar a Dragon Ball Evolution, un desastre con patas, que se quedó como exclusivo de PSP, la consola portátil de PlayStation. Pésima inteligencia artificial, personajes rotos, y un diseño artístico que intentaba plasmar a los actores, con un resultado muy penoso.

Fue considerado para muchos fans y prensa especializada como uno de los peores videojuegos lanzados en PSP.

No te voy a culpar si habías olvidado completamente la existencia de este videojuego. Battle of Z apareció en PS3 y Xbox 360 en el 2014, siendo uno de los primeros videojuegos en incorporar a Bills, el Dios de la Destrucción, quien ya había aparecido en la película "Batalla de los Dioses".

La principal novedad de Battle of Z era que estábamos ante el regreso de los combates por equipos, que ya se había intentado en PS1 con "Dragon Ball: The Legend". Para que se mantenga el tema cooperativo dentro del juego, se hicieron modificaciones en las distintas sagas de Dragon Ball Z. Aunque la idea estuvo bien, nuevamente falló la ejecución de las cosas.

Los controles no se sentían nada cómodos de usar, por lo que al principio te costaba entender el funcionamiento de los poderes y ataques básicos. Además, las peleas podían ser un auténtico caos, que terminaba siendo cansado ver siempre los mismos ataques.

Sagas quiso ser el precursor de los juegos de mundo abierto de Dragon Ball Z. Y aunque en un inicio varios estuvimos convencidos de que esas cosas le hacían faltan a los juegos de la saga, lamentablemente no quedó muy bien plasmado en el producto final.

Como varios juegos de DBZ, Sagas adaptaba gran parte de los arcos principales de la serie animada, pero en lugar de pasar de una lucha a otra, el juego nos daba el tiempo de recorrer un "mundo abierto" donde te encontrabas con otras amenazas menores, e ir subiendo de nivel. Y digo mundo abierto entre comillas porque no es del todo cierto, ya que solo hay unos cuántos espacios donde ir, y si quieres moverte más allá, te chocarás con una pared invisible.

Puedes manejar a varios personajes del anime, además de Gokú, e ir recolectando unas monedas que te servirán para mejorar distintos aspectos. Todo eso se volvía aburrido después de unas horas, desmotivando por completo el seguir avanzando en el juego.