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El zurdo Adriano, el “Emperador” débil

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La vida de un futbolista puede estar llena de altibajos, golpes duros, que siempre chocan contra la debilidad mental, provocando el bajón de los más fuertes y famosos. Esa es la historia del brasileño Adriano, quien de ser una estrella pisó fondo tras la muerte de su padre el 2005.

Ganar la Copa América en el Perú, el 2004, y salir como máximo goleador con siete tantos, le sirvió al “Emperador” para impulsar su carrera en el mundo futbolístico. Era la figura del Scratch y del poderoso Inter de Milán.

Sin embargo,  la muerte de su padre, al año siguiente de conocer la fama mundial, derrumbó la enorme torre de 1,89 m, cuya sola presencia metía miedo a sus rivales en cada partido.

“Solo yo sé cuánto sufrí. La muerte de mi padre me dejó un vacío enorme, acabé sintiéndome muy solo y me aislé. Fue lo peor. Me vi solo, triste y deprimido en Italia, y es cuando empecé a beber”, confesó el delantero a la revista brasileña R7.

Dejar al “nerazzurro” tras revelar no sentirse feliz en Milán, fue uno de los peores errores de Adriano, volver a Brasil y defender la camiseta de Sao Paulo, la noche, mujeres y alcohol siempre se le presentó como tentación latente.

En 2010 no jugó el Mundial de Sudáfrica por mala conducta. Luego, regresó a Italia para jugar a préstamo en la Roma, sin embargo, antes de viajar a la capital italiana, una fotografía con fusiles se filtraron en la policía de Río de Janeiro.

Su testimonio evitó que Adriano termine en la cárcel, por relacionarse con las favelas cariocas, lugar de su infancia, donde creció en la vida y conoció los vicios que no pudo controlar.

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