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Zambrano: “Cuando un 'extranjero' es convocado para la selección cree que es feriado”

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Carlos Zambrano, defensa nacional, que juega en el St. Pauli de Alemania, señaló que desde pequeño soñaba con jugar en las mejores ligas del mundo y que en la selección “cuando llega un “extranjero” no quiere ser obligado a jugar y cree que es feriado”.

La entrevista se realizó para la web Hamburger Abendblatt, en donde se indica que el defensa nacional ganó el 80% de los balones disputados en el encuentro que el St. Pauli derrotó por 3-1 al Friburgo.

A continuación lee la entrevista:

¿Desde niño pensaste en ser un futbolista profesional?

Zambrano: Desde niño, no. Jugaba fútbol porque lo disfrutaba. Al comienzo jugaba en las calles porque había muy pocas canchas y las que habían eran pagadas o habían sido destruidas. A los diez años me uní al Deportivo Cantolao. Los primeros seis meses mi padre tenía que pagar, pero luego el técnico reconoció que jugaba bien y me dejaron jugar sin pagar. Mi familia siempre tuvo problemas de dinero, y esperaba poder ayudarlos jugando partidos. Gracias a Dios lo logré, porque ahora puedo ayudarlos y ellos lo merecen.

¿Dirías que aprendiste el fútbol en las calles o en el club?

El juego en sí lo aprendí en las calles. Aunque también jugué en un club, nunca dejé de jugar con mis amigos en las calles. Mi padre y mi técnico decían que era muy peligroso, pero yo no les hacía caso.

¿Por qué lo consideraban peligroso?

Porque el Callao es un barrio peligroso.

¿Cómo fue tu infancia?

Muy protegido y tranquila. Si bien no teníamos mucho dinero, teníamos lo necesario. No era mucho, pero mis padres hicieron todo por mi hermano y por mí. Desde allí pienso en devolverles todo lo que me dieron. Ahora tienen una casa y ya no viven en una barriada.

A los 15 años en 2005, participaste del Mundial sub 17. ¿Qué tan especial fue?

Fue hermoso. Una Copa es algo muy especial para cualquier futbolista. Y con 15 años conseguimos mucho. Para mí fue genial porque el Schalke escuchó de mí.

¿Y tu familia?

Mis padres estaban satisfechos. Sabían que podía ganar mucho dinero. Pensé que estarían tristes porque era muy joven, pero también tuvieron que pensar en el dinero y me dejaron ir. Ahora están orgullosos de mí.

Y suponemos que cruzar el océano no fue fácil para ti.

Claro que no. No podía hablar alemán y la comida era diferente. En esa época solo comía McDonald’s o kebab. Hasta ahora no sé cocinar ni arroz con huevo.

Pero ahora ¿ya te acostumbraste?

Sí, ahora sí. Dos veces al año voy a Perú y visito a mi familia. También tengo un pequeño hijo allá llamado Luciano Francesco. Tiene casi 3 años y vive con su madre y mis padres. Tengo su nombre grabado en mis chimpunes. Pronto él y su mamá vendrán a Alemania.

¿Cuáles son las mayores diferencias entre Perú y Alemania?

Todo es diferente. Lo mejor de Perú es la comida. ¿Y Alemania? Es un país importantísimo en Europa. Hay orden, profesionalismo, disciplina. Perú es todo lo contrario, porque hay mucho desorden. Sin embargo la gente en Sudamérica y la gente en el Perú es muy feliz. Nosotros éramos siete personas viviendo en la casa y ahora son casi diez. Eso te llena de felicidad.

¿Y las diferencias en la cancha?

El orden y la disciplina que prevalece aquí, no existe en Perú. Por eso Alemania hace un buen papel en el Mundial y nosotros ni siquiera participamos. Además acá la organización es perfecta. Hay buenos jugadores en Perú como Farfán, Pizarro, Guerrero, Vargas, que juega en la Fiorentina. Pero cuando vienen a Perú, no quieren ser obligados a jugar. Lo ven más como un feriado. Tenemos un buen equipo pero el equipo no funciona siempre. Ahora tenemos un nuevo técnico, y todos soñamos con Brasil 2014.

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