Denuncian que las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detienen inmigrantes de forma masiva e indiscriminada en EE.UU.
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han llevado a cabo operativos y redadas en diversas partes de Estados Unidos con el objetivo de localizar y detener a inmigrantes en situación irregular. Estas acciones forman parte de las políticas migratorias impulsadas por el presidente Donald Trump, orientadas a la deportación de personas indocumentadas. La estrategia ha generado rechazo por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos y colectivos proinmigrantes.
El pasado miércoles 2 de julio se presentó una demanda en el Distrito Central de California contra la administración del presidente estadounidense, acusándola de organizar operativos y redadas masivas en distintos puntos de la ciudad de Los Ángeles, como esquinas, paraderos de autobús, estacionamientos, granjas y lugares de trabajo. Los demandantes, representados por organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes y ciudadanos estadounidenses, solicitan el cese inmediato de estas tácticas.
El abogado de la ACLU del sur de California, bajo la administración del gobernador Gavin Newsom, respaldó la demanda al declarar: "Estos agentes están apareciendo por toda la ciudad, deteniendo gente al azar, y queremos que esto se detenga". Por su parte, Mark Rosenbaum, representante de Public Counsel, agregó: "Afirman que se trata de seguridad pública, pero lo que realmente logran es aterrorizar a niñeras, trabajadores de lavaderos de autos y trabajadores agrícolas".
Uno de los demandantes relató que fue detenido el 18 de junio por agentes migratorios que no se identificaron. Jorge Hernández Viramontes, el afectado, afirmó que mostró su identificación, pero los oficiales aparentemente la ignoraron y le exigieron su pasaporte. Posteriormente fue retenido de forma temporal, interrogado y liberado sin recibir explicación alguna. Días después, su lavadero de autos fue allanado nuevamente. En la demanda presentada, se argumenta que estas tácticas no responden a criterios de seguridad, sino que buscan amedrentar a los residentes por el simple hecho de "parecer latinos".
Por el contrario, Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, rechazó las acusaciones y las calificó de falsas e irresponsables. Afirmó que los operativos están focalizados de manera estratégica, con base en investigaciones previas, y negó que se trate de detenciones callejeras al azar.
Una vez capturados, los inmigrantes son trasladados a un centro de procesamiento ubicado en el centro de Los Ángeles, específicamente en la zona subterránea conocida como "B-18". Según los litigantes, las personas detenidas permanecen allí en condiciones inhumanas. Denuncian que no se les garantiza el acceso a derechos básicos como defensa legal, alimentación adecuada, agua, higiene, atención médica ni descanso. Los defensores de los indocumentados aseguran que estas condiciones buscan presionarlos para que acepten la salida voluntaria y así evitar el desarrollo de procesos formales de deportación.