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Disputó 8 JJOO con tres banderas distintas: la emotiva historia de Oksana Chusovítina

Oksana Chusovítina es una de las deportistas que ha marcado un hito en los Juegos Olímpicos. Tokio 2020 fue su última aparición.

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    Disputó 8 JJ.OO. con tres banderas distintas: la historia de Oksana Chusovítina
    Disputó 8 JJ.OO. con tres banderas distintas: la historia de Oksana Chusovítina | EFE

    La gimnasia artística es una de las disciplinas más especiales en los Juegos Olímpicos. En Tokio 2020 no ha sido la excepción, debido a que se comprenden el despliegue físico y belleza cuántica.

    Es en este campo en donde resalta el nombre de Oksana Chusovítina, una gimnasta de 46 años que ha marcado un hito. El certamen que viene desarrollándose en Japón marcó el fin de su carrera profesional.

    Lamentablemente, no pudo clasificar a la ronda final de salto, especialidad en la que participó y logró conseguir la medalla de plata en Pekín 2008, sus quintos Juegos Olímpicos. Jueces, competidoras y entrenadores ovacionaron a la uzbeka.

    ¿Quién es Oksana Chusovítina?

    Oksana Chusovítina nació el 19 de junio de 1945 en Bujará, Uzbekistán. Se inició en el mundo de la gimnasia artística en 1988 cuando ganó el campeonato nacional junior de la URSS y comenzó a participar en el senior en 1989.

    Con tan solo 17 años, Chusovítina participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 bajo la bandera del Equipo Unificado (debido a que la URSS ya no existía). Allí, alcanzó la medalla de oro en un evento por equipos que contó con gimnastas de Ucrania. Rusia y Bielorrusia.

    Equipo Unificado que participó en los JJ.OO. de Barcelona 1992

    Como se ha mencionado anteriormente, la URSS dejó de existir y es por ello que Oksana, ya sin el respaldo del fuerte equipo soviético, representó a su país de origen, Uzbekistán, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

    A pesar del desigual desnivel, en comparación con Estados Unidos, la nueva Rusia y la todavía poderosa Ucrania, logró avanzar hasta las instancias finales.

    En 1999, Chusovítina fue mamá de un varón a quien llamó Alisher. Desafiando los paradigmas, logró prepararse y llegar con un importante nivel a los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.

    Lamentablemente en 2002, el pequeño Alisher fue diagnosticado con leucemia. Esto generó que Chusovítina decida instalarse con su familia en Alemania para que su hijo pueda recibir el tratamiento adecuado.

    Poco a poco, su historia se fue conocido en el país germano y toda la comunidad gimnasta empezó a moverse para recaudar fondos con la intención de ayudarla. En medio de este caos, Chusovítina clasificó a Atenas 2004 con casi 30 años y representando a la bandera de Alemania.

    Esta decisión fue la mejor debido a que le quedaba mucho por demostrar, a pesar de su avanzada edad para disciplina, y porque el tratamiento que recibió su hijo en Alemania dio sus frutos. El pequño Alisher superó la enfermedad y la alegría desbordó a Chusovítina.

    Oksana volvería a participar en los Juegos Olímpicos Pekin 2008 y ganó la medalla de plata. “Tener medallas o no realmente no importa cuando te dan una noticia así. No se puede comparar una medalla con esa llamada telefónica. Cuando tu hijo está sano, ningún éxito deportivo se puede comparar con eso”, declaró a ESPN en aquel entonces.

    Cuando se creyó que ese marcaría el fin de su carrera, Chusovítina continuó compitiendo, pero esta vez bajo los colores de su país. Fue así que representó a Uzbekistán en Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.

    Con 46 años, Oksana Chusovítina marca un hito en la historia de la gimnasia artística. Su extensa carrera, en donde demostró constancia y superación a pesar de los difíciles momentos, ha generado que se gane el respeto de todo el mundo. ¡Bravo, Oksana!

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