La acción de las fuerzas del orden en Minneapolis estuvo a un paso de resultar en una tragedia. La reciente operación del ICE generó tensión. ¿Qué pasó?
Atención, inmigrantes. Recientemente, en Minneapolis, el ambiente se tornó tenso durante una operación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) en una taquería local. La intervención, respaldada por el FBI y la policía de la ciudad, se distinguió por el uso de máscaras, armamento y vehículos blindados, lo que provocó un clima de alarma entre los transeúntes, extranjeros y el personal del establecimiento.
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Vale precisar que este notable despliegue de fuerzas de seguridad generó una gran preocupación en la comunidad, que observó con inquietud la presencia de agentes en un entorno habitual. ¿Qué consecuencias trajo esta última operación?
"El Tiempo" y otros medios internacionales informaron sobre una operación policial en el sur de Minnesota que terminó en confrontaciones, cuando un gran número de agentes, equipados con uniformes y máscaras, tomaron las calles de aquel estado "santuario".
Las autoridades indicaron que la misión tenía como finalidad desmantelar redes de narcotráfico y lavado de dinero; sin embargo, los habitantes del área la interpretaron como un ataque contra la comunidad migrante, según reportes de CBS News.
Las imágenes del operativo, que circularon ampliamente en redes sociales, mostraron a numerosos manifestantes exigiendo explicaciones y pidiendo a los policías que mostraran sus identificaciones. La tensión aumentó, evidenciada en videos que captaron empujones y agresiones hacia los protestantes.
En la acción también intervinieron agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Los opositores a la redada sostienen que su objetivo era intimidar a los migrantes, mientras que algunos residentes defendieron la intervención, subrayando que Minneapolis es reconocida como una de las ciudades santuario frente a las redadas.
La reciente redada ha generado un intenso debate, provocando diversas reacciones entre los funcionarios del gobierno local, quienes aseguraron no haber sido notificados sobre el reciente operativo hasta su ejecución. El jefe de policía, Brian O’Hara, manifestó su inquietud, indicando que "el manejo de algunos aspectos fue insensible a la situación migratoria actual".
En medio de esta controversia, varios manifestantes expresaron su postura a Univision, argumentando que "la policía de Minneapolis no debería colaborar en operativos de agentes federales, ya que somos una ciudad santuario".
