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    Ex gerente de Universitario, Jorge Vidal, sobre Comizzo: "Seduce al jugador y lo convence del objetivo"

    En una columna de opinión para Líbero, ex gerente deportivo de Universitario de Deportesanalizó el regreso de Ángel Comizzo al cuadro crema. Ambos fueron campeones en el 2013.

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    Por Jorge VidalMáster en negocios y administración de fútbol

    Hace unos días leí las declaraciones de Raúl Ruidíaz sobre Ángel Comizzo. Textualmente dijo: “Yo trabajé con Comizzo y vi cómo trabajaba, era espectacular. Nos llevó en el 2013 a ser campeones y a levantar la copa. Yo veo bien a Comizzo y solo le deseo lo bueno”.

    ¡Yo también trabajé con Ángel David! Lo primero que es importante mencionar es que ahora es trabajador de la “U”, no es trabajador de uno u otro acreedor o de alguna empresa administradora. Es un trabajador de Universitario y él se debe a la “U” y no a una u otra administración.

    Lo conocí en Buenos Aires, una tarde de diciembre del 2012, como parte de las entrevistas que veníamos realizando a posibles candidatos para asumir la conducción del equipo, y desde que conversé con él por primera vez observé, y me convencí, de que tenía el perfil para llegar a la “U”.

    Ángel Comizzo tiene esa característica que se necesita para ponerse el buzo de Universitario. ¡Y es que no cualquiera puede ponérselo! No debe ser el mejor del mundo, podrán existir técnicos más capacitados, pues siempre hay alguien mejor, sin embargo, cuando conversas con él te das cuenta que tiene “eso” que se requiere para llegar a la “U”. ¡Nunca se rinde!, ¡Nada lo da por perdido! y ¡nada es imposible cuando lleva ese escudo en el pecho!

    Así como hay técnicos con perfiles para determinados clubes, también hay jugadores con determinadas características para determinados clubes. Lo que rinde Diego Guastavino con la camiseta crema no lo rinde con ninguna otra, cuando Diego viste “la gloriosa” se transforma, sus capacidades se duplican, se potencian y llega la fantasía, lo mismo siento de Ángel Comizzo con el buzo crema.

    Amante de la formación, más que un DT es un ¡educador! No sólo piensa en él a corto plazo - el partido del domingo – también sueña y proyecta lo que será tal o cual jugador juvenil en unos dos o tres años y en su cabeza comienza a armar el plan de trabajo individual de cómo llevarlos, pues él no solo arma planes colectivos, también diseña planes específicos para determinados jugadores.

    Luego de su contratación ese mismo día en Argentina empezamos a trabajar, revisando la plantilla actual. Fue específico en pedir que Jonh Galiquio y Antonio Gonzales debían quedarse en la institución porque no sólo eran jugadores importantes si no también por lo que representaban para el club. Ambos jugadores se formaron íntegramente en la “U” y ambos vivieron en las habitaciones del “Lolo” Fernández. Comizzo es un convencido de que el sentido de pertenencía en los jugadores siempre es un plus, un extra, y que los jugadores que nacen y crecen en el club son los que transmiten ese legado a los jugadores juveniles en proceso de formación. ¡Son los que transmiten el ADN de la “U”!

    Planificador de principio a fin, en eso muy parecido a mí, nos pidió venir antes del inicio de la pretemporada a verificar las instalaciones, conversar con algunos jugadores y dejar todo a punto para empezar el 02 de enero. Dentro del acuerdo al contratarlo, tenía claro que el  75%  del plantel era menor de 24 años y que sólo podía solicitar dos refuerzos extranjeros, que no excedieran del presupuesto.

    En Lima, a finales de diciembre días antes de la Navidad, visitamos Campo Mar, y junto al gran Eddy Linares, “el Google del fútbol peruano” (hoy en la selección), comenzamos a diseñar y definir cada detalle de la pre temporada. Tres turnos, playa, altura y llano. Teniendo ese año varios equipos en la altura, parte de la pretemporada debía realizarse en esas condiciones, así es que aquella pretemporada se realizó en Lima (Campo Mar y Estadio Monumental) y Arequipa.

    Luego de que revisará varias opciones que se le propusieron, Ángel David Comizzo definió que los jugadores que requería eran Sebastián Fernández y Diego Guastavino. Así que el 24 de diciembre de aquel 2012, mientras todos se preparaban para la cena navideña, yo alistaba mi maleta para viajar a Uruguay a negociar y cerrar sus contratos, pero por sobre todo comprometerlos al objetivo propuesto: el título nacional. Si tu objetivo es el título, no hay feriados, no hay domingos, no hay noches, solo se tiene la mente puesta en dar todo por el objetivo.

    Antes de terminar el 2012, todo estaba listo, estaban realizadas las contrataciones, sedes y logística necesaria para la pretemporada, todo listo para empezar el 2 de enero del 2013. Al finalizar el año, la Copa estaba en nuestras manos y una estrella más se imprimía en el glorioso banderín de Universitario. Planificación de principio a fin, algo clave para obtener el éxito en todo negocio, en toda actividad y en la vida. Hasta los asados eran planificados, teníamos un solo proveedor de carne, al que siempre acudíamos en cada asado, nunca lo cambiamos, algo de cábala también había ¡Ja, ja, ja!

    Más allá del título, el camino para llegar al objetivo fue lo más valioso y lo que nunca olvidaré de aquel 2013. Un espectacular equipo, un espectacular grupo, buenos jugadores, pero mejores personas. Nunca había encontrado tanta unidad en ninguno de los trabajos en los que me tocó participar como la encontré en aquel grupo.

    Comizzo gozó el título, claro que lo gozó, lo disfrutó, pero creo que más disfruto los años siguientes de ver a aquellos jugadores en los que intervino en su formación, como comenzaban a crecer y seguían creciendo en sus carreras. Enamorado del juego de Christofer Gonzales, en aquel 2013 con 20 años, hoy un jugador consolidado. Además, hizo debutar Roberto Suicho a los 16 años (hoy en China), Joaquín Aguirre, Mauricio López, y tuvo como pilares de su equipo junto a “Canchita”, Diego Chávez con 19 años, Alexis Gómez con 19 años, Carlos Olascuaga con 22 años, Néstor Duarte con 23 años, Raúl Ruidíaz con 23 años. Y así llevó al primer equipo a Javier Núñez con tan solo 16 años.

    Comizzo es un hombre trabajólico, vive para el fútbol, siempre pendiente del equipo de reservas y de las divisiones inferiores. Cuida a su equipo y a sus jugadores como joyas a las que brinda y a las que cuida. Para él, como lo dijo en la conferencia de prensa de su presentación: "La disciplina es innegociable”. Pero la disciplina no la ejerce visitando la casa de los jugadores a ver si están durmiendo o no, o teniendo contacto con la esposa. Ese no es su método. Él seduce al jugador, lo convence del objetivo y lo compromete.

    Él cree en las jerarquías y en el respeto a esas jerarquías. Siempre pedía que venga jugadores juveniles a entrenar con Primera, pero no podían bañarse en el mismo camerino, pues para poder siquiera entrar y usar ese camerino primero debían merecerlo. ¡Vuelve Comizzo! Y para él mi deseo del mayor éxito, y espero este año nuevamente celebrar esta vez desde la tribuna una nueva estrella para el más campeón del fútbol peruano.

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