EEUU decidió enviar inmigrantes deportados a varios países de América Latina, en un esfuerzo por gestionar el flujo migratorio y las políticas de repatriación.
¡Importante! EE.UU. tomó la decisión de enviar a extranjeros deportados a varios países de América Latina, esto como medida para contrarrestar el flujo migratorio y las políticas de repatriación. Entre las naciones que recibirán a los expulsados se encuentran Guatemala, Honduras y El Salvador, países que han sido históricamente destinos de retorno para aquellos que intentan ingresar a territorio estadounidense.
Vale resaltar que esta medida busca no solo reducir la presión en la frontera sur del país americano, sino también abordar las causas subyacentes de la migración, como la violencia y la pobreza en estas regiones. La colaboración entre los gobiernos de estos países y Estados Unidos es fundamental para facilitar el proceso de reintegración de los deportados en sus comunidades de origen. AQUÍ todos los detalles.
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Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para deportar a un número significativo de inmigrantes indocumentados, buscando la colaboración de Panamá y otras naciones latinoamericanas en este proceso. De acuerdo con CBS News, los gobiernos de El Salvador y Guatemala han aceptado recibir a personas deportadas que no sean originarias de sus territorios.
Aunque esta cooperación puede interpretarse como un acto diplomático, ha suscitado un amplio rechazo. Activistas de derechos humanos alertan sobre los peligros que enfrentan los inmigrantes al ser enviados a países donde las condiciones son adversas.
En particular, El Salvador y Guatemala, con los que la administración de Trump ha establecido acuerdos de deportación, han sido criticados por sus registros de violaciones a los derechos humanos y elevados niveles de violencia.
Recientemente, el gobierno de Trump llevó a cabo la deportación de más de 100 migrantes de diversas naciones asiáticas hacia Panamá el pasado miércoles. Esta acción sorprendió a muchos, no solo por el inusual destino de los deportados, sino también por la celeridad con la que se ejecutó. El vuelo, realizado por un avión militar que partió desde California, marca un precedente como el primero de este tipo durante la administración Trump.
La medida se tomó poco después de la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá, un país que ha enfrentado críticas por su gestión del Canal de Panamá. La elección de Panamá como destino podría indicar que el gobierno estadounidense está considerando nuevas tácticas para abordar la migración.
Estados Unidos, al parecer, enfrenta retos para repatriar a migrantes de países como Afganistán, China, Pakistán y Uzbekistán, naciones que no siempre colaboran con los vuelos de deportación. En contraste, Panamá ha mostrado una mayor disposición para colaborar en este proceso.
