En un partido intenso, digno del mejor clásico del mundo, Real Madrid dio el golpe en el primer round de la Supercopa de España al vencer 3-1 al Barcelona en el Camp Nou y ya suma 67 partidos sin dejar anotar.
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En el mediocampo, el duelo fue entre Casemiro y Lionel Messi. El brasileño tuvo seco y por momentos “repartió” para detener a la “Pulga”, quien no pudo regalar lo mejor de su fútbol.
Mientras para los “merengues”, Bale y Benzema resultaban intrascendentes y Zidane miraba de reojo en el banco a CR7, Deulofeu hacía extrañar horrores a Neymar en el “Barza”. El descanso con el empate a cero era lo más justo.
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El primero del clásico llegaría a los 50’ con un autogol de Piqué y el segundo a los 77 minutos vía penal de Messi, tras un “piscinazo” de Luis Suárez que solo el árbitro De Burgos vio.
“Zizou” era consciente de que podía ganarlo y mandó al ruedo al “Comandate”, y junto a él, a Marco Asensio. Entre los dos terminaron de desbaratar una endeble zaga catalana, que ha dejado con más de un dolor de cabeza a Ernesto Valverde.
El portugués, que luego sería expulsado por doble amarilla, aprovechó un brillante contragolpe y “dejó sin cintura” a un flojo Piqué para clavarla después en un ángulo de la portería de Ter Stegen. ¡Golazo! que celebró al mismo estilo que Messi en el último clásico oficial: enseñando el dorsal a la afición rival.
Ya en el final del encuentro, Asensio pondría la cereza al pastel con un “misil”, nuevamente de contragolpe. .•