¿Se acuerdan de Hristo Stoichkov, el jugador búlgaro que inclusive a finales de su carrera fue voceado para venir a la “U”? Era un fuera de serie, odiado y al mismo tiempo venerado. Su calidad y entrega dentro del terreno de juego, unidos a su carisma y lengua venenosa, lo convirtieron en un jugador de leyenda.
En 1989 logró el sueño de su vida al ser transferido al Barcelona de España. La mayor virtud de Hristo era su velocidad con y sin balón. Siempre trazaba la diagonal para buscar el desmarque y el pase de Michael Laudrup o bien para encarar la portería con el balón en los pies. Con unos metros por delante, el atacante culé era temible. Solo habían dos opciones: derribarlo o recoger el balón dentro del arco.Medía 1,78 m. y era dueño de una zurda maravillosa, lanzaba sus conocidos zarpazos de tigre hacia la portería rival, que le sirvieron para marcar sus 208 goles registrados como profesional.Stoichkov consiguió con el Barcelona cinco Ligas, dos Copas de Rey, cuatro Supercopas de España, dos Supercopas de Europa, una Recopa y la primera Liga de Campeones del Barcelona. Un auténtico coleccionista de trofeos en clubes a los que unió galardones individuales. El búlgaro fue elegido mejor jugador de Europa en 1994.La gloria con su selección le llegó en Estados Unidos, donde quedó en cuarto lugar y compartió la Bota de Oro en el Mundial junto con el ruso Salenko, ambos con 6 goles.Luego de su paso por el Barcelona y antes del retiro pasó por los equipos más pintorescos como el Al-Nasr de Arabia Saudí, el Kashiwa Reysol de Japón y Chicago Fire y DC United en Estados Unidos.En la actualidad es entrenador del Litex, el actual campeón de la Liga búlgara.