La junta del condado de Arlington en Virginia aprobó un cambio en su Política de Confianza, prohibiendo a la policía contactar proactivamente a ICE.
En una resolución unánime, la junta del condado de Arlington, Virginia, aprobó un cambio significativo en su Política de Confianza. Ahora la policía local no podrá contactar de manera proactiva al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos. La modificación fue acogida favorablemente por defensores de derechos humanos y líderes comunitarios.
La junta del condado de Arlington, Virginia, aprobó que la policía local no podrá contactar de manera proactiva al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), eliminando de esta manera toda referencia en su normativa a los protocolos de colaboración con autoridades migratorias federales.
Esta modificación fue aprobada el día martes por la tarde, suprime por completo la Sección 7 de dicha política, que antes permitía a la policía de Arlington informar a ICE en casos muy específicos, como delitos violentos graves, pandillas, terrorismo o trata de personas.
De acuerdo con la presidenta de la junta, Takis Karantonis, la decisión fue una respuesta a una creciente evasividad por parte de la comunidad, en especial la inmigrante, a contactar a la policía local, incluso en situaciones de emergencias. "Hemos visto una disminución en la seguridad de nuestra comunidad porque la gente tiene miedo de llamar al 911", declaró la presidenta.
La legislación estatal de Virginia establece que toda persona detenida en el centro de detención del condado debe ser registrada en una base de datos federal accesible para ICE. Sin embargo, a partir de ahora, dicho acceso no contará con la cooperación voluntaria y activa de las autoridades locales, salvo que la ley lo requiera de manera explícita.
La modificación fue acogida favorablemente por defensores de derechos humanos y líderes comunitarios que durante años advirtieron sobre el riesgo de transformar a la policía local en una extensión de ICE. Para numerosos residentes, especialmente indocumentados, acudir en busca de ayuda representaba una amenaza vital. Actualmente, Arlington transmite el mensaje: “estamos aquí para proteger, no para perseguir”.