Alianza Lima empezó el clásico ante Universitario perdiendo y lo merecía porque sus argumentos futbolísticos eran pobres, pero por efectividad y rebeldía de sus hombres más experimentados, lograron revertir el marcador y alzarse con el triunfo. Fresca la eliminación de la Sudamericana ante Independiente, se cuestiona por qué no tuvo la misma respuesta en el escenario internacional.
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La primera conclusión es el nivel. Independiente reiteró en el partido de vuelta que se trata de un equipo con dinámica revolucionaria, con velocidad de tren y con individualidades que, en un futuro no lejano, trascenderán en Europa. Una diferencia abismal a la que se trató de sopesar con espíritu combativo, una alternativa que no fue suficiente para lograr la clasificación.
Y si a ello le sumamos que Pablo Bengoechea se equivocó en la alineación porque convocó para extremos a Germán Pacheco y Alejandro Hohberg cuando los chibolos Erinson Ramírez y Kevin Quevedo desde todo punto de vista realizan mejor trabajo en la posición, atacando y marcando, fundamental frente a un rival poderoso por las bandas, fue dar ventaja y someterse a un suicidio.
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En el clásico Alianza Lima volvió a toparse con su lado más oscuro, no encontraba el camino, era impedido de pasar la mitad de la cancha, el rival lo sometía a velocidad por los lados, el técnico volvió a equivocarse en la ubicación de los futbolistas y soportó pronto una avalancha, pero se encontró con dos goles en los momentos clave del partido y lo ganó. Para campeonar tiene que mejorar y mucho.
EL DATO: Este domingo Alianza visita a Melgar en el estadio Garcilaso de la Vega del Cusco.