El título de nuestras “matadorcitas” en el Sudamericano de Menores es realmente digno de aplaudir, luego de superar a las brasileñas, con escasos recursos.
MELISSA RODRÍGUEZ
En efecto, mientras que el país de la samba invierte más de 10 millones de dólares anuales en la formación de sus voleibolistas menores, quienes entrenan en canchas A1, las campeonas peruanas trabajan en instalaciones con limitada infraestructura.
Actualmente, disponen de dos espacios para sus entrenamientos: el coliseo El Olivar de Jesús María y el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la Videna, en San Luis.
Y la carencia más grave, de estos campos, incluso denunciada por la propia entrenadora Natalia Málaga, es el piso flotante de madera para evitar lesiones en las prácticas.
“Es lamentable que las chicas no puedan contar con un espacio digno de ellas, tienen que estar desplazándose entre dos escenarios cuando ya deberían tener su propio Centro de Alto Rendimiento" declaró Juan Castro a Líbero.
Añaidó: "Hoy esa construcción está paralizada, pues se le solicitó al IPD pisos de madera y demás enseres necesarios. Queremos mayor inversión y compromiso de las autoridades”.