Presos escapan de cárcel de Nueva Orleans mientras guardia estaba distraído y se burlan del suceso diciendo que fue demasiado fácil.
Una fuga masiva ocurrió en la cárcel de Nueva Orleans durante la madrugada del viernes, cuando diez reclusos escaparon por un agujero detrás de un inodoro y escalaron una pared sin ser detectados por horas. Las autoridades informaron que el único agente asignado a esa área se había ausentado temporalmente para buscar comida, dejando a los internos sin vigilancia directa.
Las imágenes de seguridad revelan que algunos escaparon de la cárcel usando mantas para evitar el alambre de púas antes de huir hacia un vecindario cercano. En esta nota te comentamos más sobre este suceso.
PUEDES VER: ICE detiene y expulsa a ciudadano dominicano acusado de estos graves delitos delictivos en Massachusetts
Según Associated Press, los diez fugitivos tenían entre 19 y 42 años, siendo la mayoría hombres de entre 20 y 30 años. Entre ellos se encontraba Derrick Groves, condenado por varios cargos de asesinato e intento de asesinato por un tiroteo ocurrido durante el Carnaval de 2018.
Otro de los fugitivos, Corey Boyd, enfrentaba una acusación por asesinato en segundo grado. Algunos ya habían escapado anteriormente de centros juveniles, como Kendall Myles, capturado poco después en el Barrio Francés. Hasta el viernes por la noche, se habían recapturado tres, mientras que siete seguían prófugos.
La sheriff Susan Hutson señaló que la fuga fue posible debido a cerraduras defectuosas, un problema que había advertido repetidamente a las autoridades. También mencionó que hay sospechas de complicidad interna dentro del personal penitenciario.
La Oficina del Sheriff informó que una de las barras metálicas de plomería parecía haber sido cortada intencionalmente. Además, tres empleados fueron suspendidos durante la investigación, aunque no se confirmó si alguno está vinculado directamente con la fuga.
Varias autoridades estatales y locales criticaron duramente la respuesta tardía y la falta de notificación oportuna, calificando la situación como un fallo grave en la administración carcelaria.
La cárcel de Nueva Orleans ha sido objeto de supervisión federal desde hace más de una década, debido a condiciones inadecuadas e incidentes de violencia. A pesar de la apertura del nuevo Centro de Justicia en 2015, los problemas estructurales y de personal persisten.
La instalación solo cuenta con alrededor del 60% del personal necesario, y enfrenta dificultades económicas para mantener o reparar infraestructura clave, como cerraduras y puertas. La cárcel alberga a muchos detenidos considerados de alta peligrosidad, pero no cuenta con las condiciones adecuadas para su confinamiento, según las propias autoridades penitenciarias.