Saber cuáles son tus derechos y responsabilidades como residente permanente te ayuda a vivir con más seguridad y tranquilidad en Estados Unidos.
Tener la residencia permanente en Estados Unidos (conocida como Green Card) te da la posibilidad de trabajar legalmente y disfrutar de muchos beneficios similares a los de un ciudadano. Sin embargo, es muy importante entender que existen ciertas restricciones. Participar en actividades reservadas solo para ciudadanos podría poner en peligro tu estatus migratorio e incluso llevar a una posible deportación.
Aunque la Green Card brinda derechos similares a los de un ciudadano, hay actividades y situaciones que están limitadas y que podrían poner en peligro el estatus de residencia permanente.
Si posees la Green Card, es crucial que entiendas que no puedes participar en elecciones presidenciales ni en otros comicios federales. Este derecho es exclusivo de los ciudadanos estadounidenses. Votar sin tener la ciudadanía puede resultar en la pérdida de tu estatus legal y, en el peor de los casos, en la deportación. Por lo tanto, es mejor evitar este riesgo.
Aunque puedes acceder a muchos empleos en EE. UU., hay ciertos puestos que solo están disponibles para ciudadanos. Por ejemplo, no puedes postularte para ser presidente, vicepresidente o miembro del Congreso. Además, algunos cargos en oficinas gubernamentales requieren ser ciudadano, por lo que es importante conocer tus límites legales como residente.
Tener la residencia permanente te permite salir del país, pero debes tener precauciones. Si te ausentas por más de 6 meses, podrías levantar sospechas sobre tu intención de vivir permanentemente en EE. UU. Si planeas estar fuera por más de un año, es necesario solicitar un "permiso de reingreso" para proteger tu estatus migratorio.
Como residente, puedes acceder a algunos beneficios, pero no a todos. Existen programas de asistencia pública, ayuda económica o seguridad social que solo se otorgan a ciudadanos. Por ello, es fundamental informarte bien antes de solicitar un beneficio para evitar inconvenientes o rechazos.
Si tienes la Green Card, también debes cumplir con tus deberes fiscales. Esto implica declarar y pagar impuestos sobre todos tus ingresos, sin importar si provienen de EE. UU. o del extranjero. Ignorar este deber puede acarrear problemas legales e incluso poner en riesgo tu residencia permanente.