El grupo italiano pagará 3.100 millones de dólares para adquirir la empresa que produce marcas de cereales como Corn Flakes y Rice Krispies.
La compraventa de acciones entre distintas organizaciones es una práctica que, en muchos casos, busca potenciar marcas y consolidar su presencia en el mercado nacional o internacional. Incluso se recurre a ella para ayudar a que compañías muy reconocidas puedan superar una crisis económica provocada por diversos factores. En Estados Unidos, una empresa local y una corporación lombarda confirmaron una fusión que permitirá fortalecer el posicionamiento de la marca.
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La compañía multinacional de origen italiano Ferrero comunicó este jueves 10 de julio la compra de la empresa WK Kellogg. Esta organización, originaria de Estados Unidos, recibirá un pago de 23 dólares por acción y la operación está valorada en 3.100 millones de dólares. El acuerdo ya está definido.
Ambas compañías ya firmaron un acuerdo previo y definitivo, financiado en efectivo y aprobado por el consejo de administración de ambas partes. Solo falta la aprobación de los accionistas de WK Kellogg y de las autoridades regulatorias correspondientes. El anuncio indica que la empresa estadounidense pasará a ser una filial integrada a Ferrero.
En 2023, la empresa matriz de WK Kellogg se dividió en dos marcas: por un lado, la que fue adquirida por Ferrero y, por el otro, el negocio de aperitivos, rebautizado como Kellanova, propietario de la marca de papas fritas Pringles. Con esta operación, la compañía italiana podría impulsar nuevamente el crecimiento de WK Kellogg.
El medio de comunicación encargado de difundir la noticia fue The Wall Street Journal, que confirmó el monto a pagar y la transferencia. Además, detalló los objetivos de la compañía: "El objetivo de Ferrero es crecer en Estados Unidos a través de adquisiciones, después de haber comprado ya las actividades de golosinas estadounidenses del grupo suizo Nestlé".
Esta marca italiana tiene orígenes familiares. Desde 1946, los hermanos Pietro y Giovanni Ferrero comenzaron en una pequeña pastelería familiar a crear productos que dejarían huella. Fue la primera empresa de confitería en abrir plantas en el extranjero tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy es dueña y fabricante de marcas como Kinder y Nutella, reconocidas mundialmente.