En la semana, Gareth Bale quería despedirse del Real Madrid jugando. El galés entendía que la mejor manera de decir adiós a la casa que lo albergó por seis años. Sin embargo, Zidane decidió dejarlo en la banca de suplentes, relegado, sin oportunidad sudar por última vez la camiseta blanca.
Una decisión que molestó a Bale, quién durante el partido se la pasó sentado, haciendo gestos de molestias, mirando a la tribuna y tapándose el rostro cuando el rival atacaba a los blancos. Zidane no pensó en el galés como solución, ni lo miraba al momento de realizar los cambios. En conferencia de prensa post partido, 'Zizou' explicó porque tomó esta elección.
"No sé lo que va a pasar. He contado con otros. La situación es así. Han entrado otros. La respuesta es que han entrado otros. Nada más. No he dejado que juegue hoy, es verdad, pero no sabemos qué va a pasar", señaló el estratega de los blancos.
Cuidando sus palabras, sin la necesidad de explicar lo que sucedió para que la relación con el galés se quiebre, Zidane se agregó que no se puede vivir del pasado, es importante analizar el presente para dar un paso en el futuro.
" Yo soy el que está aquí día a día y tomo las decisiones y cuando hay algo que no me gusta o no me cuadra... Ha logrado muchas cosas aquí, pero no vivimos del pasado. Es el presente y en base a eso tomo las decisiones", finalizó Zidane, molestó por la actuación de su dirigidos en el último partido de la Liga Santander.
Pese al deseo de Bale por jugar su último partido y despedirse de los hinchas del Real Madrid, la afición madrileña mostró un trato indiferente al galés. Al momento que mencionaron el nombre del galés por los altoparlantes del estadio, el público se limitó aplaudir.