Una de las estrellas más descollantes que dio el fútbol de Brasil fue Adriano. El "Emperador" era de aquellos delanteros que todo lo que tocaba lo convertía en gol, era casi como el sucesor de Ronaldo. De hecho, muchos se lo decían.
En 1999, Adriano comienza su aventura de éxito. Aquel año, ganó el título mundial con Brasil en la categoría sub-17 y cinco años después se hizo con la Copa América de Perú, donde fue goleador del torneo y figura indiscutible.
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En el 2003 regresa al Inter de Milán y el portal Transfermarkt estima su valor en casi 40 millones de dólares. Sin duda, una de las cifras más altas por ese entonces en el mercado de pases. Pero todo eso terminó por ser un espejismo.
Sus constantes salidas nocturnas hizo que se ausentara en varios entrenamientos. Y si llegaba, lo hacía con un hálito de alcohol, que finalmente no fue tolerado por ningún club por donde pasó el delantero. En poco tiempo, su cotización se fue devaluando, al punto de que ningún club lo quiso.
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Pero su vida fue mucho más allá de las salidas nocturnas. Hubo accidentes vehiculares, acusaciones por violación, extorsión y hasta le acusaron de disparar contra una joven de 20 años a la salida de una discoteca.
Adriano, ahora, ya no es esa estrella que el mundo admiraba. De ganar 80 mil euros semanales y vivir en una exclusiva zona de Milan, ahora el atacante vive en una favela de Brasil, una de esas zonas más precarias, donde prima la necesidad y la inseguridad.
EL DATO
Adriano fue campeón de la Copa Confederaciones con Brasil. En aquel 2005, fue el máximo goleador del torneo.