Con Lionel Messi (34) en París Saint-Germain, un bonito dolor de cabeza tendrá el entrenador argentino Mauricio Pochettino, al momento de armar el equipo.
Con el arribo a la Ciudad de la Luz del ex Barcelona español, una nueva estrella ilumina el cielo azul del PSG, equipo que ya goza de Neymar (29) y Kylian Mbappé (22).
El arsenal que posee es muy poderoso y avizora causar gran destrucción frente a sus rivales, sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho y es el proceso.
Puesto en funcionamiento al equipo, lo que el mundo espera ver es una melodía en el juego camino a la victoria y que, fecha a fecha, Francia y el mundo sean testigos de la hegemonía parisina que invite a lograr los objetivos.
Ni el entrenador ni el club han podido ganar la Champions League, por ello es una meta a la que apuntan con la fuerza de un cuadro que se hará letal y melódico a través del trabajo.
Pochettino, con la inclusión de Messi, apuntará en que se optimice ese estilo de juego que gusta y deslumbra por la rapidez y la agresividad de mitad de campo en adelante.
Salidas a balón bien jugado desde la defensa, servicio veloz del pivote para el mediapunta -aquí jugaría Messi-, extremos ansiosos por demoler en el uno contra uno, y un atacante en acecho constante, debe ser lo regular.
La presión en la salida es sello en PSG. Mbappé, Messi, Neymar y Di María, al primer error, lo aprovechan y lastiman. En defensa Sergio Ramos y compañía son garantía. La tarea de Pochettino será lograr el equilibrio a todo nivel.