Para el año 2000 una nueva 'joya' alemana asombraba al fútbol mundial. Un mediocampista deslumbró por su visión de juego y buena pegada, algo que para ese entonces no era una característica de los futbolistas 'teutones'. Dicho jugador incluso compartió equipo con Claudio Pizarro y Paolo Guerrero en el Bayern Múnich.
Nos referimos a Sebastian Deisler, que aterrizó en el 'gigante bávaro' en la temporada 2003 (se mantuvo hasta 2006), año en el que el 'Bombardero de los Andes' y el 'Depredador' ya se hacían notar. Además, destacaba también la figura de Michael Ballack.
El joven deportista ya antes había mostrado toda su calidad en el 'verde', lo hizo con Borussia Monchengladbach y Hertha Berlín; sin embargo, las lesiones también se hicieron notar. A pesar eso, Bayern Münich decidió ficharlo, pero la apuesta no resultó como ellos querían y el mediocampista nunca llegó a despegar.
Debido a esto y con tan solo 27 años en 2007, Sebastian Deisler decidió ponerle fin a su carrera como futbolista profesional con unas declaraciones que quedaran para el recuerdo. "Estoy vacío, viejo, cansado... Ya no juego al fútbol con alegría. Corrí más de lo que mis piernas me llevaron", sostuvo.
El jugador que maravilló al mundo y al que nombraron como 'Basti Fantasti' tenía todo para ser uno de los fijos en la Selección de Alemania para la Copa del Mundo del 2002, pero una fatídica lesión se lo iba a impedir. Lo mismo pasó para el Mundial del 2006 celebrado en su país, esto lo llevó a ser internado por depresión y luego optar por la radical decisión de alejarse del fútbol para siempre.
Según la web Trasnfermarkt, Sebastian Deisler llegó a tener un valor de 15 millones de euros y siempre quedará la duda de saber hasta donde pudo haber llegado.