Ídolos de Universitario, Alianza y Cristal que por mejores ofertas se fueron a la casa del rival
Juraron amor eterno a sus clubes y se fueron a tienda enemiga.
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"Jamás vestiría esa camiseta", es la frase que algún futbolista identificado con su equipo del momento suele decir cuando le preguntan si se iría a la tienda enemiga. Pero en el fútbol peruano hubo casos muy sonados que remecieron el ambiente futbolístico y que dejaron rencillas en los hinchas, los más golpeados y los que se resisten a creer que el fútbol se mueve por dinero.
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El primer caso que acaparó las portadas en los '90 fue el traspaso de Juan Reynoso a Universitario. El 'Cabezón' venía de ser capitán de Alianza, referete blanquiazul de la época y uno de los futbolistas que salvó de morir al no ser parte de la lista de viajeros en el fatídico Fokker de 1987. Tuvo que pasar más de una década para que Alianza le devuelva el golpe al robarle al compadre al brasileño Eduardo Esidio y a Marko Ciurlizza, que apenas habían logrado el tricampeonato con la 'U'.
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La bronca entre rimenses y blanquiazules se originó cuando José Soto cambió La Victoria por el Rímac. Pepe era el símbolo aliancista, pero la buena oferta que le hizo la directiva celeste lo convenció y jugó junto a su hermano en el Sporting en 1995. Por esas curiosidades de la vida, ya en el final de su carrera, Jorge Soto, ídolo cervecero y hermano de Pepe, terminó su carrera con camiseta blanquiazul. Flavio Maestri también le siguió los pasos y se fue a Alianza, aunque se retiró con Cristal.
Otros traspasos que marcaron huellas fueron los de Marcelo Asteggiano y Gustavo Grondona, cuando dejaron Universitario para vestir la celeste. Por el lado de Alianza, un nuevo golpe emocional que sufrió la hinchada aliancista fue al ver a Waldir Sáenz y Henry Quinteros vistiendo las sedas del Sporting Cristal.
EL DATOAunque desde otra óptica, pocos recordarán que Carlos Lobatón, antes de convertirse en el principal referente de Cristal de la última década, tuvo un paso por Universitario en el 2002.
