Miles de estadounidenses protestaron el 19 de abril contra el gobierno de Trump por posibles amenazas a la democracia y los derechos civiles.
El 19 de abril, miles de ciudadanos se movilizaron en todo Estados Unidos contra el gobierno de Trump, alertando sobre amenazas a los principios democráticos. Las protestas se extendieron desde grandes urbes hasta pequeñas comunidades.
Las actividades incluyeron marchas en Manhattan, concentraciones frente a la Casa Blanca y manifestaciones simbólicas como la realizada en Massachusetts en honor al inicio de la Guerra de Independencia. En San Francisco, los manifestantes crearon una gran pancarta humana en la playa con el mensaje “Impeach & Remove”, visible desde el aire frente al océano Pacífico.
Lugares concurridos como Nueva York y Manhattan, así como un grupo reunido frente a la Casa Blanca, fueron escenarios de marchas en contra del gobierno de Donald Trump. En otras partes del país, las protestas adoptaron diferentes formas, como concentraciones frente a concesionarios de Tesla, en rechazo al empresario y asesor de Trump, Elon Musk, debido a su influencia en el desmantelamiento de funciones del Gobierno federal.
A pesar de la magnitud de las movilizaciones, las autoridades locales reportaron que las protestas transcurrieron sin incidentes mayores. Estas manifestaciones ocurren apenas dos semanas después de que miles de personas salieran nuevamente a las calles en todo Estados Unidos para expresar su rechazo a la Administración Trump.
Los organizadores de las manifestaciones aseguran que su protesta responde a lo que consideran violaciones sistemáticas de los derechos civiles y constitucionales por parte del expresidente Donald Trump. Entre sus principales preocupaciones se encuentran las políticas migratorias que buscan deportar a miles de inmigrantes, así como los intentos por debilitar el aparato estatal.
Según denuncian, Trump pretende reducir drásticamente el tamaño del Gobierno federal mediante el despido masivo de empleados públicos y el cierre de agencias completas, lo que para muchos representa una amenaza directa a servicios esenciales y a la estabilidad democrática del país.