Medios de comunicación locales evidencian el caos y el desorden que se vive en las calles de Los Ángeles tras las protestas encabezadas por ciudadanos.
La orden del presidente de los Estados Unidos fue desplegar efectivos de la Guardia Nacional en el centro de Los Ángeles. Ante esta decisión, muchos ciudadanos se manifestaron en contra de las disposiciones de Donald Trump, quien exigía la captura de inmigrantes mediante redadas y operativos en el estado. Como consecuencia, se produjeron enfrentamientos ante la ofensiva federal, y se denunciaron allanamientos realizados por el ICE.
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Muchas personas en Los Ángeles están en contra de las políticas migratorias de Donald Trump. Por ello, los manifestantes bloquearon la autopista 101 y comenzaron a incendiar vehículos en la zona. Ante esta situación, la policía local respondió con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud.
Tras el anuncio de tres protestas pacíficas, la División Central del Departamento de Policía de Los Ángeles informó que la ciudad entraba en alerta táctica desde las 2:30 p. m. Además, advirtió: "Se ha autorizado el uso de municiones menos letales. Se están realizando arrestos". Una hora después, el departamento denunció que se observó a personas lanzando cemento, botellas y diversos objetos.
Se aconsejó a las personas que se dirigían a los trenes lo siguiente: "Todas las personas que permanezcan en las vías estarán sujetas a arresto. Abandonen la zona de las vías". A las 4 de la tarde, un medio de comunicación local informó que dos motociclistas impactaron su vehículo contra una línea de defensa, atropellando a dos policías. Debido a esto, los motociclistas fueron capturados y los heridos trasladados a un hospital cercano.
Una carta enviada por Gavin Newsom, gobernador de California, señalaba que la presencia del ejército aumentaba las tensiones. Previamente, pidió el despido de los guardias por una "grave violación de la soberanía estatal". La alcaldesa también reclamó: "Lo que estamos viendo en Los Ángeles es un caos provocado por la administración. Se trata de otra agenda, no de seguridad pública".
Por el contrario, Donald Trump, mediante una directiva, impuso una disposición legal que autoriza el despliegue de militares federales cuando considere la existencia de un peligro o revuelta contra el gobierno estadounidense. Además, autorizó el despliegue de 2,000 miembros de la Guardia Nacional.