Una gran cantidad de despidos ha generado preocupación en todo EE. UU. ¿Qué pasará con los trabajadores de diversos sectores?
Terribles noticias para muchos empleados. El Departamento de Estado decidió anunciar este viernes 11 de julio sobre un nuevo proceso para reducir el 17% de su plantilla, en el marco de un plan de reestructuración promovido por el secretario Marco Rubio, en Estados Unidos. Esta medida tiene como finalidad optimizar la eficiencia del organismo y adaptarse a nuevas realidades operativas. ¿Qué pasará con los trabajadores?
La Cancillería de Estados Unidos y medios internacionales, tales como 'El Cronista', informaron que, recientemente, se comunicó a más de 1.300 empleados sobre la implementación de "recortes de personal", de los cuales 1.107 pertenecen al Servicio Civil y 246 al Servicio Exterior.
Este comunicado interno, que ya fue difundido de manera pública, establece como meta una reducción total de 3.000 trabajadores, incluyendo a aquellos que decidan acogerse a los retiros voluntarios que se han ofrecido desde principios de año a todos los empleados federales.
Asimismo, el anuncio se ha llevado a cabo tras la reciente decisión de la Corte Suprema, que el 8 de julio permitió a la administración de Donald Trump reanudar los despidos masivos de empleados estatales, un proceso que había comenzado en febrero bajo la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
El Departamento de Estado empezó con un operativo para despedir al 17% de su plantilla, en el contexto de un plan de reestructuración liderado por el secretario Marco Rubio. En tanto, Las justificaciones para estos despidos masivos se centran en la necesidad de optimizar la estructura del Estado.
Por otro lado, es bueno mencionar que diversos organismos han señalado que la reducción de personal en la Cancillería estadounidense conlleva un significativo impacto simbólico.
Esta acción se produce en un contexto marcado por conflictos bélicos, como la guerra en Ucrania y el reciente choque entre Israel e Irán, así como por la creciente tensión comercial derivada de los aranceles impuestos por Donald Trump el 2 de abril. Para muchos analistas, estas decisiones contribuyen a consolidar la percepción de un Estados Unidos que se aleja progresivamente del escenario internacional.