Andrew Redmayne es un nombre que siempre va a ser recordado por los hinchas nacionales, ya que fue el causante de que nuestra Selección Peruana pierda el repechaje y no clasifique al Mundial Qatar 2022.
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Pero antes de que ocurra este fatídico momento para nuestra bicolor, el portero tenía muchas dudas de seguir jugando al fútbol, por lo que incluso estuvo muy cerca de dejar el deporte rey, así lo confirmó en una entrevista con ABC News.
Mediante esta conversación que tuvo en dicho medio de comunicación, el popular 'arquero bailarín' mencionó que cuando defendía la camiseta de Western Sydney Wanderers en el año 2016, era muy criticado por los directivos de dicho elenco, algo que incluso hizo que se llene de inseguridades.
"Todos los ojos estaban puestos en ellos. Simplemente no creo que haya lidiado con la presión o la atención de jugar con tantos ojos en el club. Es difícil cuando sabes que hay tantas críticas y dudas sobre ti mismo. Simplemente me fastidió y fue demasiado para mí", indicó.
Y todo explotó cuando el técnico de aquel entonces, Tony Popovic, lo mandó al banco de suplentes, por lo que afirmó que estaba decidido a dejar los terrenos de juego. "Terminé con el fútbol, eso fue todo, fue lo que dije luego de secarme algunas lágrimas", explicó.
Tras encontrarse en esta situación, Redmayne se desligó de Western Sydney Wanderers y fichó por Sydney FC, conjunto en el que hasta ahora sigue defendiendo y lo considera uno de lo mejor que le pasó a su vida. "El vestuario del Sydney FC fue, y sigue siendo, uno de los mejores vestuarios de los que he sido parte, es muy reconfortante y enriquecedor", recalcó.
Sin embargo, eso no sería todo, ya que en su transferencia le dejaron claro que iba a ser el suplente del guardameta Danny Vukovic, pero su oportunidad de estar bajo a los tres palos le llegó cuando dicho golero se encontraba con la Selección Australiana y él tenía que asumir el duelo ante Perth Glory, contienda en la que dejó su valla en cero y se convenció de que aún estaba para competir de manera profesional.
"Manteniendo la portería a cero y haciendo un par de atajadas, pensé: 'Sí, sabes qué, probablemente todavía pueda hacer esto, y todavía tengo un poco de valor. Simplemente me volví a enamorar del juego", sentenció.