Horas antes de enfrentar a Cristal, para muchos, el “cuco” del torneo local, Alianza recibió la bendición de un sacerdote. Agua bendita por aquí, agua sagrada más allá, los futbolistas quedaron aún más fortalecidos.
El momento solemne quedó registrado durante la misa que organizó el club, cinco días después de los sucesos violentos en los que fueron protagonistas la barra brava de la institución y miembros de una secta evangélica, quienes invadieron entre gallos y medianoche la explanada de Matute.
En un momento de la misa, el párroco se dirigió al plantel y de forma enfática sugirió que le ganen a Cristal. Ubicó a Alejandro Hohberg en primera fila y le dijo: “Chato, ojalá metas un gol”. Hoy, el plantel le quiere dedicar el triunfo a quienes guiados por el amor defendieron el club a inicio de semana.