Kevin Quevedo, el muchachito de 21 años talentoso con el balón, que Pablo Bengoechea castigó en algún momento por su descuido alimenticio, saltó al gramado de Matute motivado por seguimiento del Werder Bremen, el equipo “Lagarto” que lo espera con los brazos abiertos en enero para verlo en acción.
Razón suficiente para que el extremo derecho regale su mejor repertorio con el balón, pero en cada arremetida se encontró con el marfileño Kambou, quien no solo mastica el español, sino también a sus rivales en el campo.
Quevedo vio anoche las estrellas cuando el zaguero del Cantolao le metió un puntapié en propia área, jugada que pudo haber sido penal pero que tuvo otra connotación para el árbitro Renzo Castañeda.
Sin correrle a las patadas, el íntimo continuó pisando área enemiga, pero el desgaste físico le pasó factura, así como los golpes. Por eso, el “Profesor” lo mandó al banco por Adrianzén, a los 57 minutos.